El nuevo paradigma del empleo ya es una realidad del día a día de toda empresa. La transformación digital y el uso de herramientas colaborativas para simplificar y hacer más productivo el trabajo han llegado y van a quedarse. Las empresas están adaptándose a pasos agigantados a esta nueva normalidad, pero…
¿Están los líderes de los equipos preparados para estos nuevos cambios?
Antes de comenzar a hablar de los líderes que necesitan las empresas, conviene analizar el enfoque que estamos dejando atrás, en el que el liderazgo se apoyaba principalmente en una sola persona, cuyas funciones eran dar órdenes y marcar el camino a seguir para cumplir los objetivos que había fijado.
Pero hoy en día este modelo está obsoleto, los trabajadores ya no tienen como único fin ganar dinero a final de mes, sino que cada vez demandan más incentivos con el objetivo de dar lo mejor de sí mismos.
Hoy en día, para estar al frente de un equipo y tener éxito es necesario contar con una serie de habilidades como la empatía, la motivación o la capacidad de fomentar el trabajo en equipo. Habilidades como estas son los pilares de los nuevos modelos de liderazgo que se están imponiendo en las empresas.
Según John Maxwell, uno de los mayores expertos mundiales en Liderazgo, “éste representa la facultad de mejorar a las personas de un área, a través de la guía u orientación de un líder, que define como aquel que tiene esa capacidad de influencia a través de la cual sus subordinados mejoran sus aptitudes y capacidades”.
Si tomamos en cuenta esta definición, ya no debemos de llamar “líderes” a todas las personas con un rango superior (los tradicionales “jefes”), debemos considerar como líderes sólo a aquellas personas que realmente tienen la capacidad de empoderar a su equipo, se preocupan por él y trabajan por el bien común.
Hay 5 tipos de liderazgo que encajan a la perfección con este modelo:
1. Liderazgo laissez-faire
Es un método no autoritario donde el líder se caracteriza por confiar en que los demás cumplan su palabra y supervisar el rendimiento del equipo sin involucrarse directamente en los proyectos. Es un liderazgo positivo en líneas generales, pero a veces limitante, ya que puede olvidarse de apuntar aquellos errores o problemas que pueden servir al empleado para crecer, por lo que debe ser conjugado con algún otro tipo de liderazgo.
2. Liderazgo transformacional
Principalmente se centra en el factor humano y no teme afrontar riesgos. Además, piensa que las personas son la clave para la transformación de la empresa; impulsa la creatividad de los integrantes de su equipo, cree en ellos, los motiva a crecer y sabe cómo premiarlos. Es transformacional porque modifica la visión de quienes lo rodean.
3. Liderazgo democrático
Promueve el diálogo dentro del equipo para tener en cuenta los distintos puntos de vista a la hora de tomar decisiones. El líder de esta forma crea entusiasmo entre los trabajadores al hacerles partícipes de sus decisiones.
4. Liderazgo situacional
Este tipo de líder es como un guía, ya que combina la figura del líder con la del mentor. Es decir, se adapta según la situación y fortalece las habilidades de cada integrante de su equipo para impulsarlo, mediante el establecimiento de una relación personal y de confianza entre él y su equipo.
5. Liderazgo transaccional
Este tipo de liderazgo se basa en un sistema de recompensas e incentivos hacia el trabajador en tanto en cuanto los empleados alcancen un desempeño óptimo. Su objetivo es conseguir que la empresa cree las estructuras necesarias para que los empleados consigan los objetivos propuestos de acuerdo a las necesidades de la organización.
En ocasiones puede llegar a resultar positivo, ya que los empleados conocerán de primera mano lo que van a percibir si consiguen llegar a un objetivo en concreto.
Hay que tener cuidado con este tipo de liderazgo, pues, llevado al extremo, puede convertirse en un tipo de liderazgo autocrático que también llegue a castigar dependiendo del incumplimiento de los objetivos.
Habilidades clave para un liderazgo empresarial
Una vez analizados algunos de los tipos de liderazgo existentes a día de hoy, vamos a describir algunas de las características que todo líder, sea cuál sea su estilo, debería poseer. Los empleados esperan que sus líderes y responsables sean un ejemplo a seguir, que (casi) todo lo que hagan tenga una coherencia total, y, en definitiva, piensen en cómo pueden realmente ayudar a los demás.
Colaboración
Los nuevos estilos de liderazgo empresarial asientan una estrategia colaborativa dentro la organización gracias a una correcta comunicación interna, lo que permite delegar tareas y fomentar el crecimiento y potencial de los empleados.
“El todo es más que la suma de las partes”, piensan. Tiene claro que la colaboración y el trabajo en equipo permite que el éxito de la organización llegue antes, de forma más eficiente y más organizada.
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Empatía
El nuevo líder, en relación con lo que comentábamos antes, necesita poseer una actitud proactiva y cercana, favoreciendo la escucha y valorando el resto de opiniones de los empleados para entender sus motivaciones y puntos de vista. De esta forma, saber escuchar al equipo puede considerarse una de las características principales del responsable a la hora de liderar el equipo.
Conocimiento tecnológico
Un buen líder, para conseguir sus objetivos, debe conocer las últimas herramientas a su alcance para conseguirlos de forma más eficiente. Tras el impulso general de la transformación digital que se está produciendo en las organizaciones, el líder tiene que estar familiarizado con las nuevas tecnologías y el uso de las herramientas que ofrece el mundo digital para optimizar, automatizar y simplificar los diferentes procesos de trabajo en sus equipos.
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Formación constante y proyección de futuro
El nuevo líder debe ser una persona que sea capaz de estar pendiente de sí mismo y del resto de los compañeros. En este sentido, un buen líder tiene que estar continuamente identificando nuevas tendencias en el mercado para garantizar siempre la evolución y el desarrollo de la empresa, su departamento y área correspondiente.
De esta manera, el líder debe proporcionar las herramientas concretas para permitir que el talento continúe desarrollándose y formándose. Un software de gestión de la formación puede resultar una herramienta muy útil para que la empresa apueste por el talento e invierta en él.
Flexibilidad
El líder debe saber afrontar los cambios y adaptarse a las nuevas circunstancias para aprovechar las oportunidades que puedan ser positivas para la organización, o bien para afrontar las situaciones que puedan suponer un peligro de crisis para la misma.
Un buen líder se adpatará a las nuevas tendencias, innovaciones o circunstancias que acaecerán en el tiempo, para antiparse a los problemas y aprovechar las nuevas oportunidad. Un líder resiliente debe ser capaz de motivar a sus compañeros y levantarlos para que den lo mejor de sí mismos.
Motivación, valentía y convicción
El buen líder es un referente para los demás. Por lo tanto, si se pretende que las personas que estén desarrollando un proyecto estén entusiasmadas, es fundamental que el líder también esté motivado y convencido de lo que se está haciendo dentro de la organización. La técnica más eficaz para el liderazgo, es el ejemplo.
La motivación de los equipos de trabajo es imprescindible durante todo el proyecto. El líder, mediante su ejemplo, podrá ayudar a que los empleados no decaigan y consigan el éxito a pesar de los obstáculos que puedan encontrarse.
Ofrece resultados
Un líder de éxito, además de asegurar la motivación de los empleados, garantiza unos resultados objetivamente excelentes. Mostrar con datos que el proyecto está alcanzando sus objetivos es la demostración fehaciente de que la organización cuenta con un verdadero líder.
Ética
Por último, no queremos olvidarnos de una de las características tal vez más importante.
El líder actual ejerce, también, un liderazgo ético. La ética contempla valores como la justicia, la empatía, la comprensión, la coherencia, y la humildad. Valores de los que presume un líder exitoso, y de los que huyen los líderes tóxicos.
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